En el contexto de la pandemia, en el que los ciudadanos demandan protección por parte de sus respectivos Estados, los migrantes y refugiados se encuentran en una situación de desprotección que incrementa su vulnerabilidad.
En Perú, aproximadamente un millón de migrantes venezolanos residen en condiciones precarias, la mayoría de ellos laborando en el sector informal, sin acceso a seguros de salud y sin un estatus migratorio regular. Esta realidad dificulta la identificación de familias migrantes en situación de vulnerabilidad y su inclusión en las políticas públicas diseñadas para la prevención del COVID-19.