La inversión extranjera directa (IED) es una operación a largo plazo en la que un inversor extranjero adquiere una participación significativa en una empresa local. En América Latina, la IED ha experimentado ciclos de crecimiento y contracción, con una recuperación desde 2022. En 2023, la región recibió US$ 184,304 millones, con Brasil, Argentina y Chile como principales destinos. En Perú, la IED alcanzó US$ 3,918 millones en 2023, con proyecciones al alza para los próximos años, principalmente en sectores como minería, energía, comunicaciones, industria y servicios.
El marco regulatorio peruano garantiza estabilidad y trato nacional a los inversionistas, promoviendo la sostenibilidad y la inclusión social. Si bien la IED es clave para el desarrollo económico, enfrenta desafíos como altos costos regulatorios, conflictos sociales y preocupaciones ambientales. Una encuesta reveló que la población asocia la IED con empleo y crecimiento, pero también con riesgos como corrupción. Para potenciar su impacto positivo, es clave fortalecer incentivos sostenibles, la relación con comunidades locales y la transparencia en las inversiones.